martes, 18 de agosto de 2015

ATLAS MINERO

La Silla Vacía, creó una plataforma para realizar análisis comparativos sobre el tema de minería en los países Latinoamericanos.

La minería es un fenómeno transnacional. Para poder hacer un un análisis comparativo, en este ‘atlas minero’ están los países latinoamericanos que han sido tradicionalmente mineros -como Chile o Brasil- y otros como Perú o México que, al igual que Colombia, están en proceso de pensar sobre el rol que quieren darle a la minería en sus sociedades. Junto a ellos hay otros países con una fuerte tradición minera, como Canadá, Australia o Sudáfrica.

En esta base de datos encuentra cómo se cobran las regalías en cada país, el aporte de la minería al PIB de cada país, qué impuestos pagan las mineras, cuánto se demora una licencia ambiental, la producción de carbón, oro, níquel y cobre y los empleos que genera la gran minería en ocho países diferentes a Colombia.


A lo largo de este año iremos actualizando este mapa con nuevos datos.

Enlace para acceder a la plataforma de la Silla Vacía:
Url original: http://lasillavacia.com/silla-minera/mineria-comparada

martes, 11 de agosto de 2015

Foro ṕublico: Mujeres defensoras de la vida frente al extractivismo

El día 18 de Agosto, en el marco del Encuentro Nacional de Mujeres defensoras de la vida frente al extractivismo, se llevará a cabo un foro público en el que participarán mujeres tejedoras de territorios tanto de Colombia como de Bolivia, Guatemala y Honduras.

Foro público: Mujeres defensoras de la vida frente al extractivismo
El objetivo de este esṕacio es visibilizar el papel esencial de las mujeres en los procesos de resistencia frente a proyectos extractivos, así como el posicionamiento de las luchas y demandas específicas de las mujeres.
El foro estará enriquecido con la participación de mujeres de todo el país que han liderado luchas por la defensa de sus territorios, de sus cuerpos, de sus vidas y las de sus comunidades.
Como representantes de algunos procesos en el escenario internacional, nos acompañarán:
- Bertha Cáceres (Honduras)
- Lorena Cabnal (Guatemala)
- Angela Cuenca (Bolivia)
- Gabriela Ruales (Ecuador)
Fecha: 18 de Agosto
Lugar: Auditorio Centro de Memoria Paz y Reconciliación (Cra 19B#24-86)
Hora: 1:00 pm
Entrada libre
.
Convocan:
CENSAT Agua Viva
Escuela de la Sustentabilidad - Mujer y minería
FAU - Fondo de Acción Urgente


Con el apoyo de Cordaid

URL original: http://censat.org/es/actividades/foro-ublico-mujeres-defensoras-de-la-vida-frente-al-extractivismo  

lunes, 10 de agosto de 2015

El programa Séptimo Día de la cadena Caracol sobre el Movimiento Indígena: Un reportaje ideológico al servicio de intereses políticos de la extrema derecha.

Ante la emisión del programa en la cadena Caracol, Séptimo Día, los días 26 de julio y 2 de agosto, en el cual se lleva a cabo un reportaje dedicado a presentar una imagen catastrófica con tintes mediáticos de las poblaciones y organizaciones indígenas del país, con énfasis en informaciones de hechos sucedidos sobre diferentes tópicos en los departamentos del Cauca, La Guajira, Tolima y otras regiones, consideramos necesario denunciar ante la opinión pública nacional e internacional la gravedad de este tipo de documentales que buscan ideologizar la problemática de los pueblos indígenas en Colombia a favor de intereses políticos de conservación del statu quo de parte de elites regionales y grupos de extrema derecha.

A nombre de la libertad de expresión este tipo de reportaje mezcla de manera amañada delitos que ciertamente han ocurrido de violencias sexual, intrafamiliar y contra la mujer, cometidos en el interior de las comunidades indígenas, con denuncias de delitos de corrupción en el manejo de los recursos de transferencia, al lado de aseveraciones groseras que inculpan a la gente indígena como drogadicta y alcoholizada, como personas anormales con trastornos mentales, como si se tratase de la ausencia de un orden moral porque los indígenas hacen lo que quieren debido a sus tradiciones “salvajes”, reproducidas por la autonomía que les da la Constitución de 1991 y los desarrollos posteriores a través de la Corte Constitucional y la normatividad internacional sobre derechos de los pueblos indígenas.

Es necesario develar las principales aseveraciones que se han lanzado desde este reportaje ideológico con fines claramente políticos.

Sobre la violencia sexual

Sin desconocer los hechos de violencias sexual, doméstica y contra la mujer en las comunidades indígenas en el departamento del Cauca es también necesario hacer visible los importantes cambios que se están dando con la fuerte participación de las mujeres indígenas a través de los Cabildos de Familia y demás entidades indígenas que coordinan estos esfuerzos denunciando esta situación relacionada con violencia de género. Este fenómeno de participación de las mujeres indígenas de diferentes grupos etarios, por ejemplo, en el norte del Cauca, es el que cada vez más está haciendo visible todas estas modalidades de violencia como delitos, y esto ha sido posible a través de la organización indígena tradicional. ¿Por qué los periodistas de Séptimo Día no entrevistaron a las mujeres indígenas de los Cabildos de Familia en Toribío, Jambaló, Caldono, Santander de Quilichao, Caloto, Corinto y otros municipios que pertenecen a la ACIN y al CRIC? ¿Por qué únicamente entrevistaron a una dirigente indígena que pertenece a una organización enemiga acérrima del CRIC y de su asociación regional, la ACIN, como es la OPIC?  Posiblemente porque quieren entregar un mensaje ideológico sesgado como si el movimiento indígena estuviera encubriendo delitos sexuales, cuando la realidad es que hay vientos de cambio en su interior gracias a la participación de las mujeres indígenas más educadas, pero también de mujeres en edades avanzadas menos educadas que están de acuerdo en la denuncia de estos hechos. Esto se puede observar en las estadísticas del sistema de vigilancia epidemiológica (SIVIGILA) del sistema de salud en los municipios indígenas asociado con una mayor visibilidad para este tipo de delitos desde al año 2013. Este fenómeno de visibilización de estos delitos nunca antes se había presentado, como se está dando recientemente gracias a la movilización de las mujeres indígenas que forman parte de la organización indígena tradicional y que sin embargo, curiosamente antes ningún miembro de la elite regional caucana lo había reconocido desde el período colonial.

Embarazo adolescente y fecundidad

Con respecto al embarazo adolescente y la alta fecundidad entre las poblaciones indígenas como aseveración generalista emitida en este programa, hay que señalar que esto no se ajusta a la realidad. Los estudios de fecundidad resultantes del Censo 2005 para los pueblos indígenas revelan que hay significativas variaciones y algunos pueblos ya se encontraban para ese año en una fase de transición demográfica con una disminución en sus tasas de fecundidad. En segundo lugar, la Encuesta Piloto Experimental Nasa para el Buen Vivir realizada en el municipio de Toribío, entre el Proyecto Nasa, el CECIDIC, el Centro Nacional de Consultoría (CNC) y el CIDSE de la Universidad del Valle, en el año 2014, dio como resultado un descenso de la tasa de fecundidad entre el 2005 y 2014 al pasar de 4.1 hijos-as por mujer en edad fértil a 3.01 hijos-as, y que entre los efectos más reveladores con este descenso fue el desplome de la fecundidad adolescente. O sea, que el embarazo adolescente indígena ha venido en descenso muy seguramente en todo el norte del Cauca. Esto se asocia con los elevados incrementos educativos de las mujeres indígenas menores de 30 años en los últimos 15 años. Es posible que este fenómeno no sea común a todos los pueblos indígenas con la misma magnitud, pero desconocer los cambios en los patrones de fecundidad asociados a la disminución del embarazo adolescente como ya puede ser detectado en diversas comunidades indígenas andinas y de otras regiones del país, más que un grave error es una mentira.

Suicidio entre indígenas

El programa Séptimo Día pretende ser novedoso al señalar que la población indígena colombiana tiene la más alta tasa de suicidios en el país, pero fuera de emitir unas cifras equívocas sin señalar para cuál año y referenciar de forma inadecuada el estudio del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses al que aluden[1], desconoce malintencionadamente que este patrón se ha encontrado en diferentes pueblos indígenas en las Américas (incluyendo Canadá y los Estados Unidos), al igual que otras sociedades del planeta (por ejemplo, en Nueva Zelandia, entre la sociedad Maorí). Las investigaciones epidemiológicas y socio-antropológicas internacionales tienen como común hallazgo explicativo de las altas tasas de suicidio entre los pueblos indígenas la asociación entre los procesos de expansión colonialista salvaje y la destrucción de las culturas y sociedades locales aborígenes. Una hipótesis cercana comparte el estudio del Instituto de Medicina Legal para el caso colombiano que supuestamente han leído los periodistas del programa en mención, pero curiosamente la dejaron por fuera o no la quisieron referenciar. Todo lo contrario a la forma irresponsable que estos periodistas y sobre todo una de las personas entrevistadas, achacan las altas tasas de suicidio a la organización comunitaria indígena, al igual que el alcoholismo y la drogadicción, fenómenos más bien relacionados con la situación de  subalternidad o fuerte asimetría con respecto a los demás grupos poblacionales dominantes, tal como lo han señalado diferentes investigaciones en varios países.

Corrupción y organización indígena

Sobre el tema de la corrupción las generalizaciones que comete este reportaje ideológico son preocupantes. Si se toman en cuenta los resultados de gestión de los recursos públicos al nivel de la inversión social en los municipios del norte del Cauca (por ejemplo, Toribío y Jambaló), por parte de los Cabildos y las asociaciones de Cabildos, y el comportamiento de los indicadores sociales que permiten hacer un seguimiento, entre 2005 y 2014, por el contrario se tiene un panorama muy distinto al observarse una mejora significativa en la cobertura educativa y de salud (incluyendo saneamiento básico), al lado de expansión del programa de lengua propia, con mejoras en la calidad de los servicios ofrecidos. Esto no puede explicarse únicamente por el aumento de los programas nacionales como el de Familias en Acción. Definitivamente el efecto positivo de las alcaldías indígenas en interacción con las autoridades tradicionales muestra una reducción importante en los niveles de pobreza (medida por NBI), al punto que dicha reducción es de mayor magnitud a la observada en municipios no indígenas en el mismo departamento del Cauca que disponen de recursos muy superiores. Es posible que no sea este el resultado en los diferentes resguardos del país pero sí en una buena parte de ellos.

Otro aspecto determinante en los hechos de corrupción denunciados en el reportaje ideológico sobre el municipio de Uribia en La Guajira, pero que es dejado expresamente por fuera del relato periodístico, es el poder paramilitar que ha incidido a lo largo de varios años, al igual que en otros municipios de este departamento, particularmente sobre el control paramilitar de los recursos de las transferencias que la Nación entrega a través de las alcaldías a los Resguardos reconocidos. No es de extrañar que se trate de alcaldías controladas por los paramilitares.


Tierras y resguardos

En relación con el tema de tierras en el Norte del Cauca, la Encuesta Piloto Experimental Nasa para el Buen Vivir realizada en el municipio de Toribío aplicada a 961 unidades domésticas – con base en un muestreo probabilístico –, se registra que en los tres resguardos indígenas del municipio (Tacueyó, Toribío y San Francisco)[2] se viene presentando un fenómeno de presión demográfica sobre la tierra que está conduciendo a un fraccionamiento y reducción del tamaño de los predios, ya que un 15% de las familias (sobre todo de parejas jóvenes) no tienen acceso a la tierra, y en el caso de las familias que si tienen acceso a tierra, solamente tienen en promedio 1.7 hectáreas de extensión, lo cual es extremadamente pequeño para garantizar la estabilidad económica de una familia[3]. O sea, se trata de un fenómeno de microfundio. A esto se añade que al menos el 85% de las tierras en los tres resguardos están en zonas de montaña de alta pendiente, lo que solo equivale al 13% de las 49.143 hectáreas del municipio aptas para explotación agropecuaria. Esto desmiente la falacia de acaparamiento de tierras por parte de la población indígena norte caucana.

Conflicto armado, guerrilla y movimiento indígena en el norte del Cauca

Quizás entre las aseveraciones más mentirosas del programa Séptimo Día es el vínculo que busca establecer la entre guerrilla de las FARC y el movimiento indígena en el norte del Cauca. Los diversos estudios independientes realizados por académicos y entidades técnicas de prestigio nacional en encuestas de opinión sobre el movimiento indígena nortecaucano, uno de ellos anexo a este documento (Encuesta Mundial de Valores 2012), han encontrado como hallazgos relevantes el fuerte rechazo entre los indígenas del norte del Cauca que participan en la organización tradicional indígena a la guerrilla de las FARC, al igual que a los demás actores  armados del conflicto (fuerzas armadas y de policía; grupos paramilitares). Curiosamente este rechazo se manifiesta en preferir responder, ante una pregunta de opinión en esta encuesta de valores, ser de “derecha” que de “izquierda”, debido a la connotación de organización de “izquierda” de la guerrilla. Por ello en esta encuesta como resultado, al lado de un alto apoyo a las instituciones indígenas, siempre aparece el rechazo a toda forma de conflicto vía el enfrentamiento armado. Para el movimiento indígena en el norte del Cauca la guerrilla de las FARC ha sido una continua amenaza al territorio y a las formas de gobierno y jurisdicción propia. Esto lo han podido corroborar diversos estudios académicos independientes, nacionales e internacionales, los cuales también han constatado que la presencia de indígenas como milicianos de las FARC en el territorio indígena nunca ha comprometido a la organización indígena y por el contrario, ha sido una fuente de amenazas a la convivencia y seguridad ciudadana de la población indígena. Una cosa es que la guerrilla dispute el territorio a la autoridad indígena desde los años sesenta y setenta en el siglo pasado y otra que la organización indígena haya tenido acuerdos con esta guerrilla. Esto último nunca se ha podido probar porque sociológicamente no ha sido posible ya son dos poderes que se rechazan mutuamente. De hecho, se ha tratado siempre de una disputa con muchas bajas humanas ocasionadas por la guerrilla de indígenas en los resguardos tradicionales, algunos de ellos líderes ampliamente reconocidos.

Por lo anterior, como miembros de la comunidad académica nacional consideramos que lo mínimo que debe hacer el Canal Caracol es ofrecer un espacio televisivo con el mismo rating de audiencia en el que se permita el derecho de réplica para debatir las aseveraciones irresponsables emitidas por Séptimo Día.

Grupo de estudios “étnico-raciales y del trabajo en sus diversos componentes sociales”, Centro de Investigaciones y Documentación Socioeconómica (CIDSE), Facultad de Ciencias Sociales y Económicas, Universidad del Valle.


Cali, 7 de Agosto de 2015.

URL original: http://cms.onic.org.co/2015/08/el-programa-septimo-dia-de-la-cadena-caracol-sobre-el-movimiento-indigena-un-reportaje-ideologico-al-servicio-de-intereses-politicos-de-la-extrema-derecha/

lunes, 27 de julio de 2015

Minería ilegal ha depredado 1.680 km² de selva tropical

Fuente: www.eltelegrafo.com
En una operación sin precedentes en Perú, a mediados de julio, se logró eliminar 55 campamentos de minería ilegal de oro en la zona de La Pampa, en la región de Madre de Dios, donde unas 60 mil hectáreas de selva han sido arrasadas por la minería.
“El pasivo en nuestros recursos naturales es incalculable. Cada hectárea perdida representa especies únicas de flora y fauna”, dijo el alto comisionado peruano contra la Minería Ilegal, Antonio Fernández.
El fenómeno, que en Perú tiene sus inicios en los años 1980, está extendido a lo largo de este bosque tropical en Suramérica, considerado el más grande del mundo.
Según un estudio que Nora Álvarez, científica de la Universidad de Puerto Rico, publicó en enero en la revista Environmental Research Letters, entre 2001 y 2013 se han depredado 1.680 km² de selva tropical, debido a la minería ilegal.
“Como ocurre con el narcotráfico, la minería ilegal tiene una gran magnitud. Para ello teníamos que buscar aliados estratégicos, y lo hemos hecho. Tenemos una comisión técnica de trabajo con Ecuador, también con Bolivia y con Colombia. Nos falta cerrar con Brasil”, comentó Fernández a la AFP.
Deforestación cero. En Brasil, donde la minería ilegal se presenta en 9 de sus 26 estados, la presidenta Dilma Rousseff se comprometió recientemente a lograr en 15 años la meta de deforestación cero.
Brasil, Guyana, la Amazonia peruana y las márgenes de los ríos colombianos son apetecidos por esta actividad ilegal, que no solo causa daños forestales sino también sociales.
En la última operación de erradicación en Perú, las autoridades rescataron a 32 mujeres que habían llegado con engaños a trabajar en la actividad minera, pero que finalmente fueron obligadas a prostituirse.
En tanto, la semana pasada, Perú y Brasil anunciaron una campaña para combatir el trabajo infantil en la Amazonia, donde menores son empleados en estas actividades mineras que contaminan con mercurio los suelos y las aguas que luego discurren hacia poblados.

URL texto completo:  http://www.telegrafo.com.ec/economia/item/mineria-ilegal-ha-depredado-1-680-km-de-selva-tropical.html

sábado, 20 de junio de 2015

‘El carbón no tiene futuro y Colombia deberá prepararse’

Jeffrey Sachs, profesor de la Universidad de Columbia, considera que abrir nuevas áreas para la explotación del mineral puede ser riesgoso para el país y advierte que el cambio climático colombiano es un asunto que no puede ser pasado por alto.

Jeffrey Sachs, profesor de la Universidad de Columbia.
Foto: Yomaira Grandett
Cuando Jeffrey Sachs habla, la gente lo escucha. Así sucedió este jueves en Cartagena, cuando el profesor de la Universidad de Columbia en Nueva York y director del Instituto de la Tierra, se dirigió a los delegados que asisten a la Convención Bancaria.
En su intervención, el experto internacional tocó temas como la pobreza, la innovación o la desigualdad, pero hizo sobre todo énfasis en el cambio climático, al cual Colombia debería prestarle mucha atención, en su concepto.
Por su trabajo en este campo, el académico fue informado de que es el próximo recipiente del prestigioso premio Planeta Azul que le será entregado en Tokio en octubre. Sobre este y otros temas, Sachs habló en exclusiva con Portafolio.
¿Cuál es su visión de la economía global?
Como un todo, es el periodo más normal desde 2008, porque las cosas están volviendo a su cauce. Pero hay una gran incertidumbre, y es cómo Europa maneja la crisis griega. Frente a esto hay decisiones muy importantes que tomar.
Considero que sería un error si Grecia es forzada a salir de la Zona Euro, pues habría repercusiones negativas no solo en el Viejo Continente, sino en todo el planeta.
¿Qué tanto le debería preocupar a Colombia la crisis griega?
Si Grecia cae en una moratoria de su deuda -algo que puede pasar si Alemania sigue con una postura intransigente-, no sería solo una crisis nacional, sino que se extendería a la Zona Euro. También habrá unas presiones sobre otros países que son percibidos como débiles en esa región, porque cuando se tiene presión en una unión obligatoria y uno de sus miembros sale o se pone en riesgo, se afecta la confianza. Europa es uno de los tres centros de la economía global y se está desempeñando relativamente mal. La recuperación empezó el año pasado, pues el Banco Central comenzó a actuar en una forma más coherente. No obstante, un escenario como el que describo generaría tempestades que se sentirían en todas partes, incluyendo a América Latina.
¿Qué otros elementos destaca de lo que pasa a nivel global?
El resto del mundo está creciendo a una tasa razonable. Asia se ha desacelerado, pero China todavía avanza al 7 por ciento. En cuanto a la caída en los precios de las materias primas, ha afectado a países exportadores como Colombia, pero no es un gran choque en todo el planeta.
En general, las políticas monetarias de los bancos centrales son expansivas y por eso las condiciones de liquidez se mantendrán vigentes. Las acciones están en niveles de precios altos. Hay un montón de negocios, con compras, fusiones y emprendimientos, de manera que no creo que estemos en una crisis, sin desconocer la situación de Grecia. Pero si se adoptan políticas sensatas y modernas, la economía global recuperará el rumbo en el mediano plazo.
¿Qué le inquieta?
Sobre todo los asuntos de largo plazo: el cambio climático, la pobreza extrema, la inequidad. No son temas macro ni se resuelven de un año a otro, ni tampoco en una década.
El mundo está negociando tres grandes acuerdos en los próximos meses, uno es para el desarrollo financiero sostenible, otro es la adopción de metas en crecimiento sostenible y el tercero es una negociación sobre cambio climático, que es importante para cambiar la perspectiva global. De todas maneras, la situación no es tan mala y creo que en el largo plazo hay retos, pero también oportunidades.
¿Comparte la impresión de que América Latina perdió sus años de esplendor?
La región crece más lento porque los términos de intercambio se deterioraron, pues es el mayor exportador de alimentos y minerales del mundo. Esos precios habían estado en niveles récord durante la última década, pero las supercondiciones ya no están, porque las cotizaciones de las materias primas cayeron, y el crecimiento alto de China –que sobrepasó el 10 por ciento– no va a volver.
Pero en conjunto, soy optimista frente a la región y considero que esta no es proclive a caer en una crisis profunda. En la última década se han hecho avances en inversión y en educación, pero hay preocupaciones, como pasa con la situación política en tres de los grandes países: Brasil, Argentina y Venezuela. Al tiempo, Chile, Colombia, Ecuador, Perú, la mayoría de Centroamérica y México tienen asuntos estructurales para resolver, pero han sido bien manejados y deberían seguir progresando.
¿Cuáles son los desafíos?
La estructura productiva debe depender menos de los bienes primarios y tiene que ser más diversificada y basada en la tecnología. Después de un boom de materias primas, que fue muy importante es claro que ahora no se está sintiendo muy bien, pues los presupuestos se han apretado. Hubo muchas buenas noticias en la región en el pasado reciente y si bien ya no son tantas, soy optimista todavía.
¿Por qué el cambio climático es prioridad?
Es un tema clave. Nuestras investigaciones muestran que es un asunto que debe tomarse en serio porque existen muchos riesgos, como que el nivel de los océanos está aumentando. Pero ha sido difícil enfocarse en eso, porque hay otros factores que despiertan más interés. Aunque no es fácil llegar a consensos, el reto es encontrar nuevas formas de hacer negocios, organizar las ciudades y generar energía en forma distinta, favoreciendo fuentes limpias y renovables.
El carbón es el tercer producto de exportación de Colombia...
Existe consenso en que hay muy poco futuro para el carbón. No es algo inmediato pero pasará. Es una gran preocupación, y solo se mantendrá si se crean tecnologías para utilizarlo en forma limpia. Creo que abrir nuevas áreas para la explotación de carbón será riesgoso para el país, incluso desde el punto de vista netamente financiero. Colombia debe estar alerta de que el mundo se moverá lejos del carbón. Eso está pasando en Estados Unidos, que es el mayor socio comercial colombiano.
Si Colombia no tiene futuro en carbón y sí en otras energías, ¿a qué se refiere?
Hay potencial en energías renovables. En el país buena parte de la generación es hidroeléctrica y hay muchas oportunidades de desarrollar nuevos proyectos en la zona andina. También debo mencionar posibilidades en geotermia, al igual que en energía eólica y solar en el Caribe. Eso requiere evaluaciones ambientales muy profundas, pero no dudo de que las posibilidades están ahí.
¿Cómo hacerlo?
Le sugiero al Gobierno que haga un estudio serio con los mejores científicos e ingenieros del país sobre las fuentes de energía renovables, qué se puede hacer para usarlas, y cómo se pueden almacenar lo que se genere.
Una buena ingeniería es el siguiente paso pero, como hay riesgos, es necesario combinarla con expertos en clima. De todas formas, el futuro es prometedor e incluso Colombia puede no solo proveer su propia energía, sino que puede ser un exportador muy importante. Para hacerlo, la tecnología existe y aunque aún no es comercial, en algunos años podrá serlo. Menciono por ejemplo la opción de capturar el dióxido de carbono y producir combustibles líquidos que no sean fósiles, sino sintéticos.
¿Cómo ve la lucha contra la pobreza sobre la que tanto ha escrito?
Nadie tiene una varita mágica para hacer que todo el mundo pase a pertenecer a la clase media en el 2030, pero sí se puede reducir la pobreza extrema a cero. Y ese debe ser el foco porque esa es la pobreza que mata: cuando no se tiene acceso al agua potable, a la alimentación básica, a la salud. Y esto tiene que acabar, para lo cual se requiere voluntad.
Eventualmente, las fuerzas del mercado deberían hacer desaparecer la pobreza extrema, pero eso tomaría décadas porque muchas de esas personas ni siquiera hacen parte del sistema de mercado. Por eso señalo que no hay que depender del crecimiento económico para realizar las tareas que hagan falta. No es fácil porque muchos de los ricos no están de acuerdo en destinar algo de sus recursos para eliminar la miseria, pero es un tema de voluntad porque al final de cuentas no es algo que puedan resolver los economistas y ni siquiera el Papa. Esta es una obligación moral de la humanidad.
O sea que no se trata de dinero...
El problema no es el dinero, aunque claro que se requiere y hay mucho disponible. Creo que al menos el 1 por ciento de los recursos del segmento de altos ingresos bastaría para lograrlo, pero eso no es fácil de lograr. Me impresiona que en las sociedades más prósperas es más fácil conseguir fondos para la guerra, que al final no deja nada, que para este propósito.
La inequidad está creciendo en el mundo y Latinoamérica ha mejorado pero todavía le falta mucho...
Mirando el coeficiente de Gini, que es el mejor indicador individual, se ve que en los países escandinavos este es de 0,3, mientras que en Colombia supera el 0,5 y en Estados Unidos está entre 0,45 y 0,5 por ciento, lo que es alto para un país de ingresos elevados.
La estrategia es preguntarse si un niño que nace en un hogar pobre tiene oportunidad de avanzar en la escala social o si va a ser pobre. En Estados Unidos la respuesta es que sí hay una alta probabilidad de que quien nace pobre se mantenga pobre.
¿Qué se puede hacer?
El acceso a nutrición y educación para cada niño es el punto de partida. Y si no se tiene todo lo que uno desea, al menos un mínimo de buena educación secundaria y alguna formación adicional. De lo contrario, los únicos trabajos disponibles no serán suficientes para salir de la pobreza. Esto es resultado de otras inequidades en mercados, en calidad de vida, en poder político. Hay que preguntarnos cómo veremos a la sociedad en quince años. En Suramérica las cosas han ido en la dirección correcta, especialmente porque la gente de origen pobre puede acceder a mejor educación, pero como un todo la calidad del sistema educativo no es buena y hay muchas brechas en esa materia.
¿Eso explica el rezago en innovación?
Cuando uno mira las comparaciones internacionales, América Latina no ocupa un lugar alto. Las diferencias son grandes en materia de matemáticas y ciencias con los países asiáticos. Hay una gran tradición en esta región de producir buenos artistas, literatos y diplomáticos, pero no científicos ni ingenieros. Los profesionales sobresalen en otros campos. Y la innovación comienza con las ingenierías.
¿Cuál es su visión sobre Colombia?
Este es un país que quiero mucho. Tiene mucho potencial, es diverso, cuenta con varias ciudades grandes que pueden ser de clase mundial y él ha estado bien manejado por años, con gobiernos que han sabido lidiar con crisis muy complejas.
Pero la paradoja es que si bien es uno de los países más moderados de la región en términos políticos, ha sido el que ha tenido la violencia más profunda en su historia. Y eso no es excusa porque la mayoría de problemas que uno ve aquí están en otras naciones. Todos los esfuerzos que se hagan para mejorar en este frente, serán un gran impulso para el país.
¿Cuál puede ser el dividendo de la paz?
La paz siempre va a tener dividendos, empezando por la disminución del sufrimiento a nivel individual, que es incuantificable. En el plano económico, Colombia había sido vista como peligrosa para la inversión y esa imagen ha cambiado marcadamente en la última década. No obstante, si el conflicto acaba como producto de una negociación vendrá un impulso enorme. Eso atraería a muchas empresas de afuera que verán las posibilidades que tiene una nación diversa con un mercado interno que es importante.

Ricardo Ávila Pinto
Director de Portafolio

url: http://www.portafolio.co/economia/entrevista-jeffrey-sachs-explotacion-mineral

viernes, 15 de mayo de 2015

¿Agua o petróleo? La realidad de una nación perdida

Primero la explotación del petróleo, después privatización del agua

La técnica conocida como fracking para la extracción de petroleo, que ya en varios países ha tenido efectos nocivos tanto para la naturaleza y humanos, y que pareciera incrementar el riesgo de la ocurrencia de sismos en las áreas de aplicación -motivo por el cual Francia y otros países han prohibido el uso de dicho mecanismo- parece ser el futuro modelo de explotación de este recurso en Colombia. Aunque ya se ha implementado no a gran escala, haciendo que la economía nacional siga dependiendo entorno a dicho recurso, aún cuando salta a la vista esto juega una carta en contra para la estabilidad de la nación, pues Colombia no es por excelencia un país petrolero.
Según el debate del Canal Uno en su programa “Veredicto”, el pasado año se emplearon 500mil litros de agua para la extracción de petroleo, de los cuales tan solo se recuperaron 200mil litros. Es decir que los pocos litros de agua que ahorramos los conscientes colombianos se la terminamos entregando a las transnacionales para su uso y no recuperación.
Así, todo indica que primero va el aprovechamiento y explotación del petróleo para luego encaminarse a la privatización del recurso hídrico, que como sabemos, no será dirigido por la clase media colombiana, aún menos por la baja, privatización que corre en curso con la casi inminente venta de la mayoritaria empresa pública de Isagen este 19 de mayo. A esto se opone, por mucho, más de la mitad de los diferentes entes de Gobierno, pues radicaría la pérdida de uno de los mayores activos que tenemos los colombianos, todo bajo el disfraz de la necesidad de vías 4G. Esto debió pensarlo la nación antes de meterse a los TLC. Esto tiene tanto de ancho como de largo, y da para un amplio análisis.

¿Agua o petróleo? Estamos ante la penosa situación en la que hace mucho tiempo los colombianos dejamos de ser los administradores de “nuestra” Colombia para darle paso a la empresa privada que explota, en todo el sentido de la palabra, nuestros recursos naturales, haciéndonos creer que aquí quienes ganan somos nosotros. Todo esto orquestado y apoyado por nuestro Gobierno, que resulta no ser una democracia sino el cuasi monopolio del poder dirigido por unos pocos y todos sesgados; qué triste realidad.

Url documento original: http://www.las2orillas.co/agua-petroleo-la-realidad-de-una-nacion-perdida/