viernes, 15 de mayo de 2015

¿Agua o petróleo? La realidad de una nación perdida

Primero la explotación del petróleo, después privatización del agua

La técnica conocida como fracking para la extracción de petroleo, que ya en varios países ha tenido efectos nocivos tanto para la naturaleza y humanos, y que pareciera incrementar el riesgo de la ocurrencia de sismos en las áreas de aplicación -motivo por el cual Francia y otros países han prohibido el uso de dicho mecanismo- parece ser el futuro modelo de explotación de este recurso en Colombia. Aunque ya se ha implementado no a gran escala, haciendo que la economía nacional siga dependiendo entorno a dicho recurso, aún cuando salta a la vista esto juega una carta en contra para la estabilidad de la nación, pues Colombia no es por excelencia un país petrolero.
Según el debate del Canal Uno en su programa “Veredicto”, el pasado año se emplearon 500mil litros de agua para la extracción de petroleo, de los cuales tan solo se recuperaron 200mil litros. Es decir que los pocos litros de agua que ahorramos los conscientes colombianos se la terminamos entregando a las transnacionales para su uso y no recuperación.
Así, todo indica que primero va el aprovechamiento y explotación del petróleo para luego encaminarse a la privatización del recurso hídrico, que como sabemos, no será dirigido por la clase media colombiana, aún menos por la baja, privatización que corre en curso con la casi inminente venta de la mayoritaria empresa pública de Isagen este 19 de mayo. A esto se opone, por mucho, más de la mitad de los diferentes entes de Gobierno, pues radicaría la pérdida de uno de los mayores activos que tenemos los colombianos, todo bajo el disfraz de la necesidad de vías 4G. Esto debió pensarlo la nación antes de meterse a los TLC. Esto tiene tanto de ancho como de largo, y da para un amplio análisis.

¿Agua o petróleo? Estamos ante la penosa situación en la que hace mucho tiempo los colombianos dejamos de ser los administradores de “nuestra” Colombia para darle paso a la empresa privada que explota, en todo el sentido de la palabra, nuestros recursos naturales, haciéndonos creer que aquí quienes ganan somos nosotros. Todo esto orquestado y apoyado por nuestro Gobierno, que resulta no ser una democracia sino el cuasi monopolio del poder dirigido por unos pocos y todos sesgados; qué triste realidad.

Url documento original: http://www.las2orillas.co/agua-petroleo-la-realidad-de-una-nacion-perdida/

Suspenden de manera provisional la venta de Isagen

El Consejo de Estado suspendió de manera provisional la venta de Isagen.
La Sección Cuarta, con ponencia del magistrado Hugo Bastidad, tomó la decisión como medida cautelar mientras se estudia de fondo una demanda en contra del decreto que permitió la enajenación de Isagen.
Se trata del Decreto 1609 de 2013 que permite la enajenación del porcentaje de acciones que tiene la Nación en Isagen.La sección acumuló tres procesos y tomó la decisión al estimar que podría existir un posible detrimento patrimonial que afectaría a la Nación.

Preocupante minería en páramos

Lo admite la Agencia Nacional de Minería: en Colombia, hasta abril de este año, estaban reportados 364 títulos mineros en zonas de páramo. Esta cifra se traduce en 79.930 hectáreas de páramo en donde exploran y explotan carbón, oro, minerales, zinc, entre otros. Por estas actividades, comunidades como la de Santurbán han salido en las última semanas a protestar, exigiéndole al Estado mayor control en las zonas protegidas.

Recientemente, el partido Alianza Verde señaló que el 40% de los títulos mineros están en municipios con páramos, lo que no quiere decir que estén dentro de zonas protegidas. Para la Agencia Nacional de Minería, el porcentaje es mucho menor, si se tiene en cuenta que en el país existen cerca de 1.900.000 hectáreas de páramo y solo 79.930 están ocupadas por minería.


Fuente: Foto archico El Colombiano
¿Es alarmante el desarrollo actual de minería en zonas de páramo? Para los grupos ambientalistas, que han recibido vocería en el Congreso por la Alianza Verde, la situación sí es preocupante por las siguientes razones: los páramos abastecen de agua al 70% de la población de Colombia. El de Chingaza, por ejemplo, abastece al 80% de los bogotanos. Además, el 60% de las plantas que habitan en páramos solo crecen allí. Una cifra agrava más la situación: solo el 36% de los páramos (709.849 hectáreas) hacen parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas.

De los 364 títulos mineros en páramos, 123 están en etapa de construcción y montaje (23.935 hectáreas), 89 en exploración (28.430 hectáreas) y 145 en fase de explotación (27.564 hectáreas). En el país, según los datos de la Agencia Nacional Minera, están registrados 9.594 títulos mineros. Por esta razón, dijeron, “el porcentaje de títulos mineros no alcanza, bajo ningún punto de vista el 40%”.

En el primer trimestre de este año, dijo la entidad, se han realizado 1.355 inspecciones para controlar los títulos mineros. De otro lado, el Gobierno ha entregado 1.582 títulos y ha rechazado 14.651 solicitudes. El objetivo, señalaron, es “ fomentar la minería legal, esa minería que cumple, que respeta el medio ambiente, que paga impuestos y regalías para las regiones”.

No todo está resuelto

El daño ambiental de la minería en páramos debe ser determinado por el Ministerio de Ambiente, entidad que ha sido cuestionada por no garantizar la protección de páramos y de parques naturales. Y ha sido criticada, también, por un artículo aprobado en el Plan Nacional de Desarrollo (PND) que respeta los derechos adquiridos de los títulos mineros que fueron otorgados antes del 9 de febrero de 2010. En otras palabras, los títulos mineros en zona de páramo que hayan sido otorgados antes de 2010 podrán continuar con su explotación hasta 2039.

Los congresistas Angélica Lozano, Claudia López, Antonio Navarro Wolf, Inti Asprilla, Jorge Prieto, Jorge Iván Ospina, Sandra Ortiz, Iván Name y Óscar Ospina interpusieron una demanda de inconstitucionalidad el 25 de abril contra la Ley 685 de 2001, también conocida como “Código de Minas”. Los congresistas han subrayado el siguiente problema: por un lado se encuentran los “derechos adquiridos” de las empresas que tienen títulos mineros otorgados debidamente por el Estado. Y por otro lado, señalaron, “se encuentra la posibilidad de limitar la ejecución de la actividad minera en áreas de especial importancia ecológica”.

Con el argumento jurídico de los derechos adquiridos, la minería en páramos podría sobrevivir por décadas. Sin embargo, la bancada Verde expresó en la demanda que, según el artículo 58 de la Constitución, cuando la aplicación de una ley resulte en conflicto con los derechos particulares, “el interés privado deberá ceder al interés público o social”.

Con las peticiones expuestas en la demanda está de acuerdo Álvaro Pardo, director de la organización Colombia Punto Medio: “ el director de Planeación Nacional, Simón Gaviria, calificó de irresponsable a gobiernos anteriores por haber entregado títulos en áreas de páramo. Esto se hizo en la década pasada. Si fue una conducta irresponsable haber entregado títulos ambientales deberían sancionar a los funcionarios responsables de estas entregas. Y cuando el Gobierno dice que va a respetar los derechos adquiridos debo decir que en materia minera no hay derechos adquiridos, porque cuando les entregan un título no le están otorgando ningún derecho, es apenas una expectativa que solamente se perfecciona cuando se obtiene la licencia ambiental”.

El problema con la minería en páramos, según Pardo, radica en “la enorme incapacidad del Estado para cuidar las áreas que él mismo ha declarado protegidas... En todo este tiempo se ha justificado la presencia de grandes mineros”.

¿Cuándo presentará el Gobierno una propuesta para exigir, nuevamente, la licencia ambiental para la exploración minera? El Ministerio de Ambiente respondió que “el Código de Minas es el que establece que la exploración minera no requiere licencia. Por lo tanto se requiere de la modificación del mismo, lo cual está cargo del Ministerio de Minas y Energía”. Sobre los derechos adquiridos, el Ministerio señala que “el marco constitucional propende por la protección de las áreas de importancia ecológica así como el respeto de las situaciones jurídicas consolidadas”.

El caso de Bogotá es referente para los grupos ambientalistas, pues bajo la administración de Gustavo Petro se han tomado medidas para restringir la minería, en algunos casos chocando con el Gobierno.

La secretaria de Ambiente de Bogotá, Susana Muhamad, le ha solicitado al Ministerio de Ambiente que elimine los polígonos en los que se permite la minería en la capital: “Desde 2012 estamos solicitando que cerremos el capítulo de minería porque la ciudad no tiene espacio físico, estamos poniendo en riesgo nuestra estructura ecológica y también en riesgo a las personas. En ese sentido el Ministerio de Ambiente no se ha manifestado. Hacemos un llamado para que el Ministerio le responda a la ciudad de Bogotá”.


La minería en Colombia

Para despejar dudas sobre la situación de la minería en el país, la Agencia Nacional de Minería entregó las siguientes cifras: En Colombia existen 9.594 títulos mineros vigentes que representan 5.084.084 hectáreas, correspondientes al 4,5% del territorio nacional. De ellos, 3.557 están en exploración, 2.273 en construcción y montaje, y 3.764 en explotación”.

El 82,7% de las regalías generadas por la explotación de minería las pagan las empresas dedicadas a explotar carbón. Un 9,8% las de metales preciosos y otro 6,7% las que extraen níquel. En 2014 se recaudaron 1.6 billones por regalías.

Según la entidad, en la actualidad 1.057.133 hectáreas tienen títulos mineros para explotar carbón. Para materiales de construcción existen 543.541 hectáreas otorgadas. En cuanto a la explotación de oro y metales preciosos, existen 2.261 títulos que representan 2.854.487 hectáreas. Con menor porcentaje aparecen los títulos para explotar esmeralda y níquel: 82.501 y 91.351 respectivamente. En total son 5 millones de hectáreas en las que se han otorgado títulos mineros (el territorio colombiano tiene 114 millones de hectáreas).

URL Informe original: http://www.elcolombiano.com/colombia/en-79-930-hectareas-de-paramo-hay-actividad-minera-YE1886771

sábado, 9 de mayo de 2015

Colombia, el segundo país con más defensores del medio ambiente asesinados en 2014

Durante el año pasado, fueron reportados 25 homicidios contra activistas en la nación, que es superada por Brasil, con 29 muertes.

Imagen de minas ilegales en el norte del Cauca Foto: Luis Robayo - AFP 

Miguel Segundo Díaz, asesinado el 24 de enero de 2014, Heriberto Mora (21 de enero), Duvis Antonio Galvis (25 de enero), Miguel Becheche Zarco (11 de septiembre) y Fabio José Alegría son algunas de las víctimas colombianas, según el informe ‘How many more?’ (‘¿Cuántos más?’), publicado este lunes por la ONG Global Witness.

El documento, además, señala que Latinoamérica fue la región más peligrosa para proteger el medio ambiente, en 2014, ya que de las 116 muertes registradas el año pasado, 87 ocurrieron en esta zona del planeta.
Después de Brasil y Colombia, Filipinas y Honduras, con 15 y 12 muertes, respectivamente, aparecen en la lista de los países con más activistas asesinados.
Respecto al último, la ONG comenta que es la peor nación para defender la naturaleza, ya que 111 defensores murieron allí entre 2002 y 2014.
“Tanto en Honduras como en el resto del mundo, hay defensores del medio ambiente que son asesinados a tiros a plena luz del día, secuestrados, amenazados o juzgados por terrorismo debido por su oposición a lo que se conoce como ‘desarrollo’", denuncia Billy Kyte, analista de Global Witness.
"Los verdaderos autores de estos crímenes, que tienen de fondo una poderosa conexión de intereses estatales y empresariales, están logrando escapar sin ser castigados. Es urgente tomar acciones para proteger a los ciudadanos y llevar a los culpables ante la justicia", agrega Kyte.

Url Artículo completo: http://www.pulzo.com/mundo/327496-colombia-el-segundo-pais-con-mas-defensores-del-medio-ambiente-asesinados-en-2014

Censat Agua Vida publica el documento: MOVILIZACIÓN DE MUJERES AFRODESCENDIENTES POR EL CUIDADO DE LA VIDA Y LOS TERRITORIOS ANCESTRALES

Movilización de Mujeres Afrodescendientes por el Cuidado de la Vida y los Territorios Ancestrales
Censat Agua Vida publica el documento:

MOVILIZACIÓN DE MUJERES AFRODESCENDIENTES POR EL CUIDADO DE LA VIDA Y LOS TERRITORIOS ANCESTRALES

A las mujeres que cuidan de sus territorios como a sus hijas y sus hijos A las cuidadoras y los cuidadores de la Vida Digna, Sencilla y Solidaria.
Estamos bravas, nos sentimos cansadas, manoseadas por este Gobierno que no cumple con su palabra, con este Gobierno Nacional que nos falta al respeto y nos trata como personas de segunda, que nos trata como mendigas, este Gobierno Nacional que hace de la Paz un discurso, se le olvida que no hay Paz si no es capaz de cuidar de la Vida, si no pone la Vida de todos los seres por encima de los intereses transnacionales, Paz es que tengan profunda importancia cada una de las muertes de San Antonio hace un año, de las siguientes en Santa Rita, en Rosal, en Magui Payan, pero la vida de la gente que vivimos en comunidad no valen, tal parece que nuestras vidas son un riesgo muy alto y se cotizan bien en las bolsas de valores, entre menos vidas nuestras, son mayores las ganancias para los muy poquitos de aquí, y los muy poquitos afuera, en medio de los incumplimientos del Gobierno Nacional, nosotras que vinimos a él proponiendo acciones concretas, nos damos cuenta, que estas acciones no las quieren y que por eso entendemos que solo valemos muertas.


Leer comunicado completo en el siguiente link:

http://censat.org/es/noticias/movilizacion-de-mujeres-afrodescendientes-por-el-cuidado-de-la-vida-y-los-territorios-ancestrales
Fuente: Censat Agua Viva

miércoles, 6 de mayo de 2015

La minería borra relaciones de pueblos indígenas con sus territorios

Bogotá D. C., abr. 28 de 2015 - Agencia de Noticias UN- Desarrollo nacional con la visión de un país minero crea conflictos con los pueblos indígenas, pues estos tienen otras concepciones basadas en la naturaleza con la que establecen relaciones de reciprocidad.
Así lo evidencia una investigación desarrollada desde el Departamento de Geografía de la U.N., incluida en el libro Extractivismo minero en Colombia y América Latina.
Dicho trabajo aborda las implicaciones que tiene la minería para los territorios indígenas, respecto a las nuevas geopolíticas del desarrollo. También analiza cómo ese fenómeno genera confrontaciones, del extractivismo en particular, el cual acarrea cambios a nivel cultural, político, ambiental y territorial.
Astrid Ulloa, profesora del Departamento de Geografía de la Facultad de Ciencias Humanas de la U.N., explica que a partir de los procesos de minería se genera una serie de desigualdades de acceso, uso, toma de decisiones y control político sobre el territorio.
“Estos procesos hacen que tanto en Colombia como en Latinoamérica se den nuevas interacciones económicas y a la vez, nuevas confrontaciones en cuanto a la autonomía indígena”, afirma la profesora.
Un ejemplo de ello es la reconfiguración territorial, que va desde la transformación ambiental y los impactos irreversibles que tiene la minería, hasta un nuevo relacionamiento con los procesos de transformación, como el agua, que cambia las dinámicas de los indígenas.
Según la experta, existen procesos que borran las relaciones de los pueblos indígenas con sus territorios, planteándose una nueva noción.
De esta manera, cuando se propone el desarrollo nacional con una visión de un país minero, se construye una noción diferente de lo que serían las identidades nacionales.
“Esto crea conflictos frente a los pueblos indígenas, que tienen otras concepciones basadas en la naturaleza con la que establecen relaciones de reciprocidad con entes no humanos. De ahí que se hayan generado respuestas políticas que también son factores de confrontaciones en cuanto al control de territorios”, menciona la investigadora.
Una experiencia se da con el pueblo nasa, que plantea un control vertical del territorio, en el que se reconozca el derecho que tienen a tomar decisiones sobre el suelo y el subsuelo.
“Su concepción de territorio es más amplia y no se remite solamente a una porción de tierra sino a unas relaciones que tienen que ver con autonomía que responde a lo que quieren hacer en su zona”, señala la experta.
Otro de los elementos importantes destacados dentro de este trabajo, se refiere a la cantidad de conflictos que se generan cuando hay una territorialidad vertical indígena (que implica diferentes niveles que van desde el aire hasta el subsuelo), frente a otras nociones que lo único que tienen en cuenta es un territorio horizontal en vía de ser explotado.
Este trabajo, realizado con el grupo de investigación Cultura y Ambiente de la U.N. y diferentes semilleros, entre ellos el de Minería, Ambiente y Territorio, ha desarrollado una dinámica de talleres, trabajo de campo y discusiones permanentes de los enfoques metodológicos.
Los resultados fueron fruto de investigaciones adelantadas en cinco zonas del país: el territorio nasa del norte del Cauca, Guainía, Antioquia, el municipio de Vetas, en Santander y en la Colosa, Tolima.
El libro Extractivismo minero en Colombia y América Latina reúne trabajos y producción de estudiantes de pregrado y maestría, e investigadores de la U.N.
Otra novedad presentada por la Facultad de Ciencias Humanas de la U.N., es el libro Desigualdades ambientales en América Latina, ambos pertenecen a una serie dentro de la biblioteca abierta de la colección general de la Facultad, llamada Perspectivas Ambientales que posiciona los debates socioambientales, nacionales e internacionales que se dan desde la perspectiva de la ciencias sociales.

Url: http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/ndetalle/article/la-mineria-borra-relaciones-de-pueblos-indigenas-con-sus-territorios.html

Los conflictos socioambientales tienen características en común...

Bogotá D. C., Apr. 30 de 2015 - Agencia de Noticias UN- La fragmentación, la valoración, la construcción de relaciones de identidad, la propiedad, los derechos y la articulación de escenarios por consumos ambientales son las características comunes que se dan en los procesos de globalización de la naturaleza.
Así lo demuestra una investigación de la U.N. que analizó conflictos y movilizaciones socioambientales en torno a extracción minera, pérdida y conservación de biodiversidad, aumento de monocultivos  y  cambio climático en Latinoamérica.
Astrid Ulloa, profesora titular del Departamento de Geografía de la Facultad de Ciencias Humanas de la U.N., explicó que a partir de estos procesos se cuestionó qué tienen en común estas dinámicas, cómo se relacionan y qué desigualdades socioambientales generan.
En este sentido la investigadora enfatizó en el análisis de cuatro escenarios, los cuales analiza de manera interrelacionada para dar cuenta de cómo se coproducen, retroalimentan o complementan.
El primero de dichos escenarios es el de la biodiversidad y conservación, relacionado con territorios biodiversos en los cuales se implementan programas globales y nacionales en torno a dichos procesos y, sobre todo, a servicios ecosistémicos.
Le sigue el del cambio climático, en el que se territorializan las políticas climáticas globales y nacionales para confrontar sus efectos e implementar estrategias de mitigación o adaptación, tal es el caso de proyectos como el de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación (REDD).
También se encuentra el del monocultivo, que transforma territorios ya que se basa en una visión homogena  y expansiva, por ejemplo para agrocombustibles.
El último de los escenarios es el minero, que extrae y transforma el territorio de manera irreversible.
“Analicé cómo se producen desigualdades ambientales a partir de procesos de generación de conocimientos especializados, que producen nuevas dinámicas económicas y procesos políticos específicos por recurso o por proceso” afirma la profesora Ulloa.
También se construyen nuevos ideales asociados a dichos escenarios, se generan reconfiguraciones estatales y se da un aumento del conflicto y violencia.
Para entender estos procesos, la investigadora definió cuatro características comunes en los contextos, asociados a nuevos procesos de creación, apropiación y globalización de la naturaleza.
La fragmentación y valoración de la naturaleza es una de ellas, se refiere a cómo se concibe la naturaleza y cómo se puede fragmentar para darle una valoración económica a ciertos procesos.
Un ejemplo es la capacidad de captura de carbono de los árboles frente a la crisis climática, o el servicio ecosistémico que prestan las especies en un área protegida.
Esta noción de recurso entra en dinámicas económicas y visiones de desarrollo, lo que implica fragmentar y valorar específicamente la naturaleza de una manera particular, así como descontextualizarla de procesos culturales.
Otra característica es la construcción de relaciones de identidad, por ejemplo, cómo se construye un país minero o uno biodiverso. Eso genera unas nociones y una identidad nacional, pero también, unos procesos sociales donde las personas se identifican y confrontan esas dinámicas.
La propiedad y derechos asociados a nuevos procesos relacionados con estos escenarios es la otra característica. En este sentido, se pueden tener relaciones de propiedad frente a procesos mismos de la naturaleza, la noción de los derechos hacen que se pueda dar una apropiación simbólica y de hecho.
En la problemática de cambio climático, por ejemplo, la capacidad de captura de gases efecto invernadero puede ser medida en términos de certificados por emisiones reducidas, un proceso económico que le da valor a dinamicas de la naturaleza, negociado en escenarios económicos nacionales y transnacionales.
Quien compre esos certificados obtiene el derecho sobre los procesos que se dan en territorios locales.
La última característica se refiere a que esos escenarios están articulados por consumos compensatorios, es decir, que existe una compensación y una interrelación de los procesos ambientales, ligados a través del consumo, el cual puede ser verde.
Un ejemplo es que para reducir el consumo del petróleo, se requiere  alternativas como las baterías de litio, utilizadas en carros eléctricos, pero para obtener este material es necesario el extractivismo minero.
Asimismo, para cambiar la producción de petróleo por etanol es necesario generar monocultivos.
Este trabajo sintetiza investigaciones previas, realizadas a nivel de Latinoamérica, también reúne investigaciones de la profesora y de su grupo de Investigación Cultura y Ambiente de la U.N. en diferentes territorios indígenas y campesinos de Colombia.
La investigación hace parte del libro Desigualdades socioambientales en América Latina, una publicación de la Colección General Biblioteca Abierta, Perspectivas Ambientales de la Facultad de Ciencias Humanas de la U.N.

Url: http://www.agenciadenoticias.unal.edu.co/nc/ndetalle/pag/2/article/conflictos-socioambientales-tienen-caracteristicas-en-comun.html